Lenguaje del crédito a la vivienda cambiado por los niños - cuál es el análisis de solvencia El crédito a la vivienda (y no sólo) es un producto muy buscado, que se vuelve cada vez más complejo, con contratos redactados con lenguaje demasiado técnico y de difícil comprensión para el consumidor, dificultando la elección y comparación de las propuestas de los distintos bancos . Siendo así, hoy cambiamos por niños... 06 jun. 2019 min de leitura Al celebrar un contrato de crédito, la información proporcionada al consumidor debería ser un poco más clara y de fácil comprensión, para evitar litigios y aumentar la credibilidad. Siendo así, el idealista / news en sociedad con Deco, pretende descomplicar o descodificar alguna del lenguaje utilizado por las instituciones de crédito a la hora de dar un préstamo, con el fin de mantenerlo más informado y relajado a la hora H. Análisis de la solvencia - después de todo, ¿qué es? Si vas a pedir o reforzar un préstamo y particularmente para la vivienda, deberás evaluar si tienes capacidad para pagarlo. Sin embargo, el banco o la institución financiera que va a conceder el crédito a la vivienda o hipotecario, tiene también el deber de evaluar si el cliente tendrá capacidad financiera para cumplir el compromiso que se derivará del contrato de crédito. Ahora bien, este es el "análisis (o evaluación) de la solvencia del deudor". Esta evaluación debe realizarse antes de la concesión de crédito y estar debidamente fundamentada, basándose en un conjunto de factores e información que podrá ser solicitado al consumidor. Factores relevantes en este análisis: La edad, situación financiera, ingresos, gastos ordinarios del consumidor. El banco evaluará las responsabilidades de crédito y su peso en el ingreso del consumidor, incluso consultando bases de datos tales como el Mapa de Riesgos del Banco Central de Información de Riesgos de Portugal, ya que salvaguarda los temas que tienen a ver con la protección de datos personales. No será factor decisivo la diferencia entre el valor del inmueble y el monto del crédito solicitado, con excepción de crédito para construcción o obras. Deberá evaluarse también un posible futuro escenario pesimista, con un posible impacto negativo en la capacidad de cumplimiento por parte del consumidor, en particular una eventual quiebra de ingresos, un aumento de los gastos o del tipo de interés, si el crédito es de tipo variable o mixto. Redacción 05 de junio de 2019 Fuente: Idealista News Compartir el artículo FacebookXPinterestWhatsAppCopiar enlace Link copiado